©COMUNICACIÓN POR TODOS LOS MEDIOS. DISEÑO DE PORTADA: DOUGLAS MUÑOZ (Foto: Milagros Santana). SAN PABLO EDITORIAL, CARACAS 2007. 80 PÁGINAS. ISBN: 980350625-0

TUTORIAL DE ESCRITURA CREATIVA ON LINE

-Henry dice: No hay nada nuevo bajo el sol, Rosa.

-Rosa dice: Eso lo dijo algún personaje bíblico, hace miles de años.

-Henry dice: Anjá.
-Rosa dice: ¿Y qué me quieres decir entonces?

-Henry dice: Que cuando se trata de ficciones, se cuentan siempre las mismas historias, actualizadas a cada época, cambiándole, quizás, el nombre a los personajes, pero las motivaciones humanas siguen siendo las mismas desde la prehistoria, con más civilización ahora, con diferente vestuario y más sutilezas, pero...

-Rosa dice: Pero...

-Henry dice: Pero, Rosespina, los grandes temas siguen siendo Hamlet, Romeo y Julieta, el Quijote, la Divina Comedia, Sueño de una noche de verano, Otelo, una y otra vez, re-escritos y renovados.

-Rosa dice: ¿ser o no ser, robar o no robar, engañar o no engañar, recrear o no recrear?

-Henry dice: Es eso mismitico, doña Rosita ¡!

-Rosa dice: Y tú qué versionas: el conde de Montecristo, Los Miserables?

-Henry dice: A todos, mezclados en una licuadora con toques de mi propia inspiración.

-Rosa dice: Por ejemplo?

-Henry dice: Por ejemplo, lo que se me ocurrió esta tarde paseando a mi perro, fue escribir una novela breve, una noveleta, pues, sobre internet. Gente que se mete en la red y cómo se queda allí atrapada, en las ficciones de otros.

-Rosa dice: O no.

-Henry dice: O no atrapada, no engañada, no herida.

-Rosa dice: Sino inspirada, motivada, encantada.

-Henry dice: Vale. ¿Por qué no?

-Rosa dice: Eso. ¿por qué no, Henry? Eso mismo te pregunto yo, ¿por qué no lo positivo de combatir la soledad y conocer gente y acercarse a alguien, sin correr riesgos ¡!

-Henry dice: Tú los corriste y resultaste herida.
-Rosa dice: Unos rasguños.


-Rosa dice: A lo mejor exageré un poquito, dramaticé para hacerlo más interesante, pero aquí estoy en la red.

-Henry dice: Vivita y coleando.

-Rosa dice: Otro venezolanismo.

-Henry dice: Que significa como si nada, como nueva, no pasa nada.

-Rosa dice: Pues sí.
-Henry dice: Fíjate, acabas de mencionar una de las claves de la ficción.

-Rosa dice: Reponerse?

-Henry dice: Dramatizar. Hacerlo más interesante. Mentir. Exagerar. Ponerle una lupa a los hechos y narrarlos de nuevo, bajo una perspectiva inusual. Agregar unas cosas, eliminar otras. Acelerar los acontecimientos.

-Rosa dice: Ya! Estoy que me como las uñas. Me muero de las ganas, Henry. No me dejes así.

-Henry dice: Vestida y alborotada. Otro criollismo.

-Rosa dice: Peor es quedarse desvestida y alborotada. Lo digo por experiencia y no te voy a contar más, no hasta después de alguno de tus cuentos. Empieza de una vez.

-Henry dice: No.

-Rosa dice: No?

-Henry dice: No.

-Rosa dice: ¿Cómo que no? Farsante, depredador.

-Henry dice: Me encanta que te cabrees. Como la cabra mocha de Josefita Camacho, que es mocha de los dos cachos.

-Rosa dice: Folklore.

-Henry dice: Etnomusicología y folklore actual. Eso es parte de la letra de una gaita, música popular que se escucha en navidad.

-Rosa dice: Está bien, si quieres me disfrazo de tu cabra mocha, pero a cambio de que me cuentes.

-Henry dice: Fíjate, Rosansiosa, lo que quería proponerte, y no me dejaste, es que compartiéramos la autoría de estas historias sobre internet, escribiéndolas a cuatro manos.

-Rosa dice: Como los cadáveres exquisitos de los surrealistas? Que tú comienzas a contar una historia y yo la sigo y tú continúas y yo la concluyo?

-Henry dice: Algo así, pero tratando de que sea más interactivo y dinámico y que se vuelva algo legítimamente creíble e interesante. Tratamos ¿?

-Rosa dice: Pero tú comienzas.
-Henry dice: Empecemos por algo rebuscado, bizarro. Por ejemplo, metámonos con una institución sacrosanta.

-Rosa dice: El vaticano ¡

-Henry dice: apuntemos más abajo.

-Rosa dice: Una monja?

-Henry dice: Eso está mejor, pero dejémonos de venganzas personales y allí puedo oler una.

-Rosa dice: Me conoces.

-Henry dice: Como personaje, te intuyo. ¿Qué te parece un seminarista sin nombre propio, sin nombre de pila.

-Rosa dice: Pero tú y yo, dioses tutoriales de esta historia, tenemos que bautizar a la pobre y maltrecha criatura.

-Henry dice: Veo que ya jodiste al pobre hombre.

-Rosa dice: Nació predestinado. Se llama Gutiérrez.

-Henry dice: Y pertenece a la orden trodoglodita de los supervivientes del milenio bendito.

-Rosa dice: No usan ropa interior, no usan ninguna ropa, bajo su túnica de tela de frazada áspera, color mierda tristón.

-Henry dice: Aprobado el vestuario. Ahora a ver cuál es el drama, el nudo, el motivo ciego.

-Rosa dice: Deja la teoría y sigue el cuento.
-Henry dice: En el monasterio se vive en el oscurantismo, a la usanza de la edad media. No hay ninguna comodidad moderna. No hay agua caliente. Se iluminan con velas. Se acuestan con las gallinas.

-Rosa dice: Ah, no, zoofilia no.

-Henry dice: Se acuestan a la misma hora que las gallinas, al ponerse el sol. Duermen sobre almohadones de heno. Y se despiertan mucho antes de que amanezca.

-Rosa dice: Los incautos monjes, legión de cobardes borregos, se despiertan antes de que salga el sol y se dedican al hastío y la humillación. Después desayunan y labran el campo.

-Henry dice: Qué bucólico. Y de pronto, rompiendo con todo este mundo de anacoretas atormentados... Por cierto, Rosa, te gusta Saura?

-Rosa dice: Mamá cumple cien años. Peppermint Frappé. Deprisa, deprisa. Amor brujo. Acabo de ver una retrospectiva que pasó el canal digital.

-Henry dice: Qué envidia, y sin moverte de casa, yo, aquí, para hacer eso tendría que esperar un ciclo en la cinemateca nacional o tratar de ubicar las películas en los videoclubes callejeros que allá in spain llaman top manta.

-Rosa dice: Yo poco me muevo de casa y no sé si sabes que Saura escribe de un tirón sus guiones.

-Henry dice: Entiendo, me estás llamando lento. Retomo la idea. Y de pronto, rompiendo con todo este mundo de anacoretas, vemos a Gutiérrez escapando, a hurtadillas, protegido por la oscuridad de la noche, escabulléndose por un pasadizo secreto del monasterio, reptando entre los campos de labranza hasta alcanzar un viejo torreón, angosto y alto como un faro (el faro de Rosalía le dicen los de la comarca), donde el monje, el seminarista, lo que sea, abre una gruesa y pesada puerta, con una llave oxidada que lleva amarrada en su cintura, debajo de su hábito roído

-Rosa dice: Y descubrimos una estancia, un aposento minúsculo, oscuro, sin ventanas, con olor a moho y encierro
-Henry dice: Gutiérrez cierra la puerta con sigilo, gira un interruptor que busca a tientas en la pared y se enciende, sobre un mesón antiquísimo, una pequeña lámpara de mesa que, sorpresivamente, funciona con la pecaminosa y prohibida energía eléctrica

-Rosa dice: Donde reposa un ordenador.

-Henry dice: ¿Ves como funciona el contraste?
-Rosa dice: Lo enciende con impaciencia y...

-Henry dice: y...y...escribe su clave de acceso

-Rosa dice: yo, pecador confieso

-Henry dice: muy larga!
-Rosa dice: Mea culpa

-Henry dice: Perfecta ¡
-Rosa dice: Te estaba cachondeando a ver si caías, por tu culpa, por tu culpa, por tu obsesionadísima culpa. Culpao, culpón, culponazo...

-Henry dice: Pecado mortal.

-Rosa dice: Esa sí.

-Henry dice: La pantalla de la computadora chisporrotea en la semioscuridad y los ojos del siervo de dios se acostumbran al fulgor cibernético, sus pupilas se contraen y enfocan el menú principal

-Rosa dice: No te vayas a poner técnico

-Henry dice: Sin perder tiempo, Gutiérrez accede a internet

-Rosa dice: Revisa su correo y no tiene mensajes. Nadie de sus contactos de messenger está conectado. Casi se muere de la impotencia y la decepción. Se le encoge su alma solitaria que sufre

-Henry dice: Rosita, perdona que te corte la inspiración, pero el personaje es un monje y no tú. Gutiérrez no tiene correo electrónico. Este hombre busca comunicarse con dios

-Rosa dice: Sí, gilipollas, escribiéndole directamente al mail: padrenuestro@questasenelcielo.com

-Henry dice: Eso es. Le manda, por enésima vez, un mail que no se le devuelve, pero que nunca obtiene respuesta.

-Rosa dice: Siempre le hace las mismas preguntas.

-Henry dice: Preguntas que nunca llegamos a leer, porque la cámara no nos deja.

-Rosa dice: La espalda del monje cabrón se atraviesa.
-Henry dice: Bueno, sí, pero

-Rosa dice: Ya me vas a coaccionar, a reprimir mi instinto creador, me vas a corregir, señorito guionista

-Henry dice: No te pongas así. Si vas muy bien.

-Rosa dice: Seguro. Primero te burlas del e-mail divino y después lo usas. Así te trata tu jefe?

-Henry dice: Exactamente, ahora sabes como se siente, Rosita y esas malas mañas se pegan. Perdóname. No lo vuelvo a hacer.

-Rosa dice: Claro que no. Ya estaré yo pendiente. Escribe.

-Henry dice: Jamás nos enteramos de las inquietudes que Gutiérrez le plantea a su creador.
-Rosa dice: Esto es como Frankenstein.

-Henry dice: Te das cuenta? Estamos versionando a Mary Shelley.

-Rosa dice: No dejemos tanto tiempo al monje solo, mira que puede volver al monasterio y dejarnos con los crespos hechos, como a un par de gilipollas.

-Henry dice: Rosa de mi vida, rosa de mi amor, los personajes no tienen vida propia.

-Rosa dice: Los tuyos no.

-Henry dice: Los tuyos sí?

-Rosa dice: Personalidad, vida y voluntad propia. Mis personajes hacen exactamente lo que les da la gana y yo no puedo hacer absolutamente nada para remediarlo.

-Henry dice: Perdona la pregunta, bonita, pero qué personajes son esos?
-Rosa dice: Los que me invento en la red.

-Henry dice: ¿!

-Rosa dice: No para ti, no ahora y aquí, sino cuando me aburro. Son personajes que me invento para los demás, para jugar, el baile de máscaras, el juego de rol y todas esas cosas. Tú no eres el único, querido, no te vayas a creer. Así como yo sé que yo no soy la única para ti. No te hagas el dolido, el ingenuo, el sorprendido y sigue adelante

-Henry dice: Uff, Rosa, me encantaría que fueras uno de mis personajes. Tienes fuerza, tienes arrastre

-Rosa dice: Puedo serlo.

-Henry dice: ¿Lo eres?

-Rosa dice: ¿Tú que crees?

-Henry dice: ¿eres un producto de mi imaginación o yo lo soy de la tuya?

-Rosa dice: Ni lo uno ni lo otro. O ambas opciones. Me acuerdo ahora de un programa radial que se transmitía todos los días al filo de la medianoche, se llamaba “Radio ficción” y siempre se presentaba diciendo “este programa no existe, ni tú”. La gente de mi generación estaba colgada y se escuchaba en toda España. A lo mejor, tú eres un personaje creado por mí, Henry. O los dos somos el sueño, la pesadilla o el fruto de la imaginación de alguien más que nos está “escribiendo” en este mismo momento.

-Henry dice: Rosa!
-Rosa dice: Qué?
-Henry dice: Déjalo, que me está dando dolor de cabeza. Dame un chance para buscar agua y tomarme un analgésico.

-Rosa dice: Qué sugestionable eres. Pero me imagino que eso les pasa a todos los escribidores, como tú dices. Debe ser algún tipo de enfermedad profesional y terminan creyéndose todo lo que escriben o ven o leen. Menos mal que no escribes necrológicos en un periódico, porque te imaginarías leyendo tu propia esquela mortuoria. Tampoco trabajes nunca en publicaciones médicas, ya que correrías el riesgo de sentir los síntomas de todas las enfermedades descritas, somatizarías y terminarías desarrollando alguna dolencia. Estás de vuelta?

-Henry dice: Sí, pero monté la cafetera. La cafeína acelera el efecto del analgésico.
-Rosa dice: Vale, yo aprovecho para ir al baño. Sigamos conectados.

-Henry dice: Rosita, que me has dejado preocupado. Si tus personajes son los que mandan, entonces es que tú estás delirando, ¿sabes? En el campo de la ficción, cualquiera que este sea, tú, el creador, siempre debe estar al mando

-Rosa dice: O si no?

-Henry dice: Fíjate en el follón de mundo que tenemos

-Rosa dice: Entonces, dios ha muerto?

-Henry dice: O está dormido, aburrido, desconectado, ladillado, harto, desentendido, desenfadado y, simplemente, ya no hay nadie al mando.

-Rosa dice: Interesante, pero creo que Gutiérrez puede ayudarnos.

-Henry dice: Gutiérrez es un pobre tipo que se mete en internet a webear como todos

-Rosa dice: Y se limpia la baba en la túnica

-Henry dice: Y el hermano que lava la ropa se pregunta acerca de las manchas tan persistentes que no salen. Me voy de anecdótico, pero mientras escribía esto me vino a la mente una canción tontísima del grupo Aditus que decía algo así como “esta mancha en mi pantalón, no se quita, no, no, no, no se quita” y lo repetía mil veces. Había un locutor en Radiodifusora Venezuela, una emisora juvenil contestataria, que anunciaba la canción como un jingle comercial de un quitamanchas y decía que allí había publicidad subliminal

-Rosa dice: Pues podemos utilizar esa canción como banda sonora y tema promocional de la peli

-Henry dice: Cuál peli, Rosa, si acaso cuento corto, porque esto no llega ni a segmento de un programa unitario sobre internet.

-Rosa dice: ¿cómo que no, insensato? ¿qué te parece internet y el fin de las religiones? ¿internet la nueva religión? ¿dios vive en la red?

-Henry dice: Pues para mí tendría mucho sentido que dios, si existe, viviera en la web, siendo, como es, lo más étereo, intangible, lo más universal, planetario, cósmico, invisible e instantáneo, omnipresente, lo más ambiguo y lo más cercano al cielo, al más allá, a presencia y ausencia, ahora y aquí, pero también ahora y allá, aquí y allá. Internet encarna el concepto de la simultaneidad. Michelangelo hubiera enloquecido en la web.

-Rosa dice: Michelangelo vive en la red. Y también todos los demás. Freud, Mc Luhan, Dalí, Breton, Buñuel, Cezzane. Picasso no, que ese era un hijo de puta.

-Henry dice: Menos mal que al final te pusiste terrenal, Rosa, porque cuando te me vuelves la rosa mística...no sé si hablo contigo o con un espectro.

-Rosa dice: Y qué más da? Imagínate que soy un fantasma, un espectro, tu ángel de la guardia

-Henry dice: Dulce compañía, córtalo ya, o vas a terminar diciéndome que internet es un invento extraterrestre, una puerta dimensional, una ventana para asomarnos a otros mundos (pero que están en este, como ya dijo Paul Eluard), un espejo mágico, bah, rosita, bla, bah y mil veces bah

-Rosa dice: Vale, tú te lo pierdes...¿se te alivió la jaqueca?

-Henry dice: Hacía años que no veía escrita esa palabra. No, tengo el dolor de cabeza pegado.

-Rosa dice: Lo dejamos hasta aquí hoy?

-Henry dice: Y desechamos esta historia que nos ha quedado muy mala.

-Rosa dice: Fatal.

-Henry dice: Bueno, no te desanimes, Rosa, tómalo como la primera clase de un taller de escritura creativa que no ha salido del todo bien, ni del todo mal. La desechamos y mañana volvemos a empezar.

(Este es un fragmento del Capítulo 4 de mi cibernovela MALDITA WEB —que se está publicando en internet— y a la que se puede acceder pulsando a continuación: http://malditaweb.blogspot.com)

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